lunes, 23 de enero de 2012

TÚ MANDAS EN EL JUEGO DE TU VIDA

Automatizados jugamos a perder el tiempo, jugamos y nos olvidamos de divertirnos y disfrutar del juego. Cuánto se  ha de sufrir para alcanzar esta conclusión, para alzar la vista e introspectivamente observar como todo el mundo se rige por su ego, como todo el mundo cambia su identidad por la ambición, ambición que desemboca en soledad, que desemboca en inconformismo. ¿Por qué no sentir? ¿Por  qué no compartir? 

Es hora de empezar a darse cuenta de qué bello es agradecer cada suspiro, de amar lo que nos rodea para ser más felices y entrar en una visión positiva de la vida.

Para que todos tus deseos se cumplan solo basta con  concentrar toda tu energía en algo, por simple que resulte, esa es la propia esencia de un deseo, la energía que se empeña en cada deseo.  Es una fuerza tan poderosa que a veces confunde y puede desviarnos de los verdaderos deseos. Conocerse a uno mismo  es el pilar  que sustenta todo, el pilar que sustenta la tan relevante empatía de la que tanto carecen las personas, pues para conocer los sentimientos de los demás primero se debe ser consciente de los de uno mismo.
Siempre he soñado con un mundo en el que las personas llevan a cabo sus deseos dejando fluir su potencial. Es el mejor modo de cosechar sonrisas verdaderas en los rostros.

No dejo de imaginar un mundo donde las personas son auténticas, un mundo en que las personas saben escuchar para crecer y curtirse.

Todo lo que nos sucede es el mero reflejo de lo que pensamos, de cómo actuamos  y eso puede cambiar

Si no nos sentimos felices con lo que tenemos focalicemos nuestra energía en cambiarlo, centremos nuestros pensamientos en aquello que  se quiere ser  y dejemos a un lado la negatividad que nos impide trazar un camino hacia nuestros deseos.

Muchas veces nos olvidamos de quienes somos, ¿por qué no pararse a reflexionar sobre la actitud de uno mismo? ¿Por qué no ser críticos con nosotros y reconocer los errores para crecer? Tal vez al observarnos nos damos cuenta de que no somos esa persona egoísta, de  que el egocentrismo y la apatía harán más ardua la tarea de cumplir nuestros deseos y alcanzar nuestras metas.

Observar, reflexionar sobre uno mismo, así lograremos ser auténticos, lograremos ser realmente nosotros, lograremos ser felices.


Paula Comes Rodríguez.

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