martes, 26 de noviembre de 2013

NO ESTUDIES PUBLICIDAD

Si aún os queda una pizca de cordura, ¡no estudies publicidad! Queda feo que yo lo diga recién graduada, pero siento la necesidad de advertir a los futuros publicistas osados. Me baso únicamente en mi escasa experiencia: cuatro años de carrera y mi tiempo de becaria en agencia y empresas. ¡Allá tú si quieres seguir leyendo!

Territorio hostil desde la universidad
En primero, eres un pollo, todo parece magnífico los jueves de fiesta desvían tu atención y piensas: “lo bueno vendrá en los próximos años, seré un Daniel Solana, con prestigio y mucho dinero”.  Cuando pasan los años la visión pueril cambia y te preguntas:” ¿Qué he aprendido, de qué me sirve todo esto de los insigths y la creatividad? ¿De verdad vale para algo?” Sin embargo ya no hay vuelta atrás cuando adquieres hábitos como hacer zapping en busca de anuncios, darle vueltas a los mensajes de las vallas publicitarias y leer con detenimiento los trípticos… ¡Lo siento! Ahora estás dentro.

Las agencias de publicidad son como la de “Mad Men”
No faltará perversión, fiestas, líos amorosos… los creativos necesitan despejar la mente y por supuesto requieren de un equipo de cuentas plagado de señoritas bellas, de curvas formadas que les alegren la vista diariamente. Cuidado con los publicistas, son artistas de la palabra y amantes del pecado que tanto les inspira. ASÚMELO A TIEMPO y no caigas en sus redes. 
Los trabajos siempre son para ayer y debes aprender a venderlos como si no hubiera un mañana. Por suerte o por desgracia serás becario mucho tiempo en una gran agencia, de las que mueven presupuestos de infarto y el beneficio se lo quedan unos pocos, a pesar de que las mejores ideas millonarias salen de grandes equipos de trabajo, en muchas ocasiones, de becarios.

Modernez y postuero
Espero que si estudias publicidad seas un moderno, no solo de llevar barba larga, gafas de pasta, medias de puntos, faldas altas y esas cosas de hipster, también debes estar al día de todo antes de que el mundo se entere. La publicidad es efímera, (como las relaciones sentimentales que de ella salen, tenía que decirlo), está en constante movimiento y debes moverte con ella. Si se te escapa algo… por favor, ¡aprende a posturear! Haz como que lo sabes todo o te mirarán raro, como si apareces un día afeitado y sin los Levis. Debes tener esa capacidad de apariencia y ese hábito por actualizarte que solo puede nacer de la pasión por este mundillo de modernos.

¡CUIDADO! Te engancharás.
 Sí todo lo dicho te suena familiar, ya no merece la pena que lo dejes, sigue luchando porque si se ha convertido en tu pasión, no tienes más remedio que dejarte llevar, suele pasar, es una droga muy adictiva. No intentes explicarle a tu madre o a tu abuela lo que haces, es absurdo, las mías siguen pensando que soy periodista. Quedarás siempre en la sombra, tu trabajo no va firmado, no se ve y la sociedad no lo valora, solo los festivales publicitarios de postureo, así que eres tú el que debe sentir orgullo de ti mismo. Tendrás la necesidad de saber más, especializarte, escribir un libro, enseñar lo que sabes y habrás adquirido una locura especial que te hará ver la vida de otra forma.

Dedicada a todos mis compañeros de publicidad de la UJI de los que tanto he aprendido, para que no os rindáis en estos tiempos difíciles y mantengáis esa locura tan vuestra que necesita el mundo. 








3 comentarios:

  1. Muy fan de usted y de sus textos, señorita P.

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